lunes, 11 de junio de 2007

MAYTE EN LUNES

Otra vez en The Cavern. Acabo de hablar con mi madre, y me ha tranquilizado. Es muy importante sentir como entienden nuestros pasos, y lo acertados que son sus consejos. Hoy hace un día gris, un día, que lejos de entristecer, serena. Es como si el día entrase en sintonía con tus sentimientos y te arropase con caricias de frescura. Esperamos noticias de Bogdan (nuestro facilitador del equipo de Liliana), mientras esperamos a Teresa, y añoramos nuestra casa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, chicos, aquí nos tenéis a todos pendientes del blog, con el alma en vilo, "esperando noticias de Bogdan" (poderoso título para un relato, por cierto, con permiso de Eduardo Mendoza). Lástima que no podamos compartir la espera con vosotros de cuerpo presente en The Cavern, escuchando a la chica de voz dulce; pero al menos la tecnología nos proporciona medios como este para sentirnos cerca los unos de los otros. Muchos besos y mucho ánimo. Arti
PD. Supongo que los dueños de The Cavern os habrán hecho clientes honorarios o algo así; no creo que haya otro bar ucraniano más famoso en España que ese, a la vista del número de entradas en vuestro blog (impresionante y emocionante).

Anónimo dijo...

Sí, aquí estamos todos pendientes de vuestro periplo, acompañándoos con el ánimo y creando una red de seguidores anónimos a punto de confesar.
Disfrutad también de estos momentos de emoción compartida, que son los que dan sentido a la amistad. Sabéis que estamos con vosotros.
Y ánimo, que ya queda menos.

Anónimo dijo...

Como veo que estais nostálgicos y añorais vuestro hogar, intentaré acercaros un pequeño trozo, un instante de esos que seguro teneis en la mente y a modo de flashback reproducis de vez en cuando.

Espero que esto os ayude, uno de vosotros lo lee mientras el otro cierra los ojos. A ver si lo consigo:

Es temprano, hora de ponerse en pie, el día es precioso y al subir la persiana que da a Silvano el sol entra bañando todo de luz, el cielo tiene un matiz perfecto, de esos que deja la mirada perdida en lo alto.

Hay poco tráfico y la calma llama a la tranquilidad del ajetreo cotidiano, salis por la puerta y entrais en el ascensor donde el gran espejo os devuelve el reflejo de dos imágenes altas y una pequeña. "Estoy seguro que pronto las imágenes pequeñas seran pares"

Lo bonito llega cuando salis del portal. El ruido de la puerta hace saltar al Mirlo que cruza en diagonal el jardín dejando en su vuelo esa melodia de seducción, desde el árbol hasta lo alto del edificio de enfrente.

Los gorriones que han anidado en los soportales parecen daros los buenos dias y no paran de piar, han madrugado no querían perderse esta mañana de postal.

El jardín, está tan frondoso, florido y con tantos tonos de verdes, el silencio se altera al salto de los expersores que dejan caer el agua en una pelicula fina sobre el cesped, sobre los rosales y el sol que cae aun oblicuo hace de las gotas diamantes pulidos.

Bajais por las escaleras hacia el garaje y el riego parece querer despertaros del ensimismamiento de ese intante, refresca vuestros cabellos, Lennon se rie porque os estais mojando mientras bajais los peldaños.

Entrais en el coche y parece que alguien ha pulsado el play, el ruido del motor, la musica de fondo, el despertar de otro día mas, camino del colegio y de las tareas que os mantendran alejados durante unas horas.

Al atardecer de regreso a casa, punto de reunion y dispuestos a compartir el día que a transcurrido, Lennon con sus cositas de niño, pero importantes porque son los primeros capítulos de una vida que tiene tanto por delante. Y vosotros preparados para relajaros y descansar en el acogedor salón mientras Shrek 2 llena de ilusiones y marca una sonrisa en la cara de Lennon.

Mañana será otra reprodución, pero no deja de ser un instante maravilloso,y siempre os parecera el día mas soleado y bello que el anterior.

Tino dijo...

Jo, después de escribir un rato he tenido que registrarme y se ha borrado todo.
Pero yo, desde lo más inóspito de la jungla de Claudio Coello, entre los rugidos de los monitores y el viento del aire acondicionado, lucho por sobrevivir a tal desconcierto y vuelvo a deletrear palabras de admiración y amorosidad hacia esa familia que ha ido a buscar un tesoro a tierras lejanas (o no tan lejanas según a la velocidad que uno camine) con valentía y desición, con la serena confianza de lograr los objetivos marcados y traer al hogar, colgadito del cuello, ese tesoro que no tiene precio.
Un beso grande a los cuatro.